El PRFV es un producto que ha ganado protagonismo y ha extendido su presencia en el sector automotriz, ya que ofrece grandes ventajas frente a otros metales. Cumple con las propiedades mecánicas requeridas, resiste la corrosión, tiene alta resistencia química, térmica, y es ligero (tiene una densidad tres veces inferior). Entre sus propiedades destacadas tenemos: Se fabrican gran cantidad de componentes con fibra de vidrio en la industria del automóvil. En los vehículos de alta velocidad el peso es un aspecto fundamental y la uniformidad que forma la resina empleada en el composite evita que el producto pierda capacidad aerodinámica. La podemos encontrar principalmente en los parachoques, capós, puertas y gran parte de la carrocería. Gracias a su resistencia a la abrasión, está presente también en pastillas de frenos y discos de embrague como revestimiento. En trenes y autobuses, es un material que está a la orden del día. Casi la totalidad de la carrocería exterior de las versiones modernas están hechos con materiales compuestos. A raíz de la relación resistencia-peso y la uniformidad de la cara exterior, es el material perfecto a la hora de fabricar la carrocería de los trenes de alta velocidad. Por otro lado, está también muy presente como protección ante la lluvia de los equipos en los vagones y cierres interiores, gracias a la capacidad ignífuga del producto empleando resinas específicas para ello. Las características destacadas para el uso la fibra en los vehículos son las siguientes:
El Porsche 718 Cayman GT4 Clubsport empleado en las 24h de Nürburgring, desarrollado con fibra de lino. Un novedoso material de origen natural que comparte las mismas propiedades que la fibra de carbono, siendo un 60% más barato en su fabricación, y además, sostenible.
LA FIBRA EN LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ